
Por Aledith Coulddy
“El señor de los anillos” pasó a la historia a principios de los 2000 como una de las mejores trilogías existentes en el cine. Y es que la calidad en su producción, dirección, adaptación de los libros y actuaciones la consagraron como una obra maestra digna de ser estudiada y alabada por críticos y espectadores.
La obra completa en sí es un referente esencial de lo que una producción cinematográfica debe ser y debe contar, sin embargo, he elegido algunos momentos que destacan dentro de las películas, ya sea por su relevancia en la historia, su carga dramática o porque, simplemente, le hacen al espectador tener un nudo en la garganta.