
Por Oscar Valentín Bernal
Doyle
Sir Arthur Conan Doyle fue un médico y escritor escocés, cuya obra se enfocó casi en su totalidad en la narrativa de misterio. Alcanzó el reconocimiento mundial al crear al detective más famoso en la historia de la literatura, personaje basado en un profesor forense de su escuela de medicina en Edimburgo.
Doyle trabajó como cirujano en un barco ballenero que viajó hacia el Ártico y vivió la Primera Guerra Mundial, durante la cual fue rechazado al intentar enlistarse como soldado raso.
La inmortalidad
La muerte es un miedo inherente a todas las criaturas vivientes de la tierra, pero es sólo el Homo sapiens sapiens la especie conocida con la suficiente capacidad de abstracción para llevar este temor mucho más allá de un mero instinto primario de supervivencia.
Esto se ve reflejado directamente a través de las diversas mitologías de las culturas del mundo, donde siempre nos topamos con seres inmortales y en ocasiones con otros tantos que buscan a toda costa obtener este don.
Han sido también muchos los autores que han tocado el tema de la vida eterna, la mayoría de ellos nos cuentan la historia de monstruos como vampiros, dioses o criaturas místicas que han vivido cientos o, en ocasiones, miles de años pasando desapercibidos a través de la historia.
El anillo de Thoth
El anillo de Thoth es un cuento en el que Conan Doyle aborda el tema de una manera interesante, planteando la inmortalidad como una maldición que el hombre se obsequia a sí mismo y poniéndonos en los zapatos de un egiptólogo que, tras una visita al museo en Francia, se queda dormido y despierta por la noche encontrándose encerrado en el edificio. Pronto se topa con un profanador de momias, el cual le revela una interesante historia sobre cómo descubrió la inmortalidad hace varios milenios en el antiguo Egipto y su desesperada lucha por recuperar el derecho a la muerte.
Conan Doyle, como muchos otros escritores, ha creado en sus obras personajes inmortales, llegó a un momento de su carrera en el que despreció tanto a Sherlock Holmes, que lo mató en una de sus historias. Pero se vio obligado a revivirlo tiempo después, debido a la presión de su público.
Quizá es esa la verdadera inmortalidad, cuando un escritor logra crear a un personaje que vive para siempre.