
Por Aledith Coulddy
El viaje en el tiempo es un tema recurrente en obras de ciencia ficción y fantasía, principalmente, es por esto que el día de hoy plantearé las tres maneras principales en las que éste se desenvuelve y las implicaciones dentro de la historia.
1. Una única línea temporal que es modificable
Esta es una de las mejores conocidas y más usadas dentro de la ficción. Sin embargo, posee demasiadas inconsistencias y, en caso de traerla a la realidad, sería la más inverosímil.
Tenemos que existe una línea temporal común y corriente en la que, de pronto, se descubre el viaje en el tiempo. El personaje principal desea volver al pasado a destruir la máquina que permite estos viajes porque se da cuenta que viajar en el tiempo ha repercutido de manera negativa en la actualidad. Vuelve y al destruirla en el pasado se crea la inconsistencia pues, por lógica, no existiría tampoco en el presente, entonces, ¿cómo es posible que haya viajado en el tiempo a destruirla en primer lugar?
Esta clase de modelo crea paradojas temporales imposibles de resolver. Otro ejemplo es el del hombre que regresa en el tiempo para matar a su abuelo en cuyo caso, al eliminar la existencia de éste, anula la propia.
Como antes he dicho, es de las que más se plantean en el mundo ficticio y le ocasiona problemas importantes al viajero en el tiempo, puesto que las cosas que se modifican en el pasado tienen la posibilidad de cambiar todo en el presente. Vemos constantemente cómo vuelven en sus propios pasos para tratar de arreglar lo que cambiaron en el pasado y, en el mejor de los casos, simplemente dejarlo como estaba.
Un ejemplo de este modelo lo podemos encontrar en «Volviendo al futuro».
2. Una única línea temporal que no es modificable
Este modelo se basa en un principio científico que se llama «Principio de autoconsistencia de Nóvikov», que básicamente plantea que los cambios realizados en el pasado ya vieron su efecto directo en el presente.
Nóvikov, un astrónomo soviético, menciona que es imposible para la realidad tomar acciones que tengan el potencial de crear paradojas, puesto que este detalle las vuelve inconsistentes.
Para ejemplificarlo, supongamos que en el presente, matan a la madre del protagonista en un accidente automovilístico. Éste, en su desesperación, regresa al pasado para evitar dicha muerte, sin embargo, no cuenta con el hecho de que las acciones realizadas en el pasado, hicieron que el accidente ocurriera en primer lugar. Al tratar de evitar que el conductor borracho se subiera al auto, o el tráiler se pasara el alto, provocó de alguna forma que algún otro elemento surgiera y lograra que su madre muriera, es decir, no importa cuánto trate de modificarse en el pasado, el presente es así porque ya se tomó en cuenta lo que se haya hecho o dejado de hacer en esos viajes en el tiempo al pasado.
Es autoconsistente porque es lógico y no altera el presente.
Un ejemplo lo podemos ver en «Harry Potter y el prisionero de Azkaban».
3. Los multiversos
El último modelo es el que menos se plantea pero cuyo ejemplo lo podemos observar en una de las cintas recientes más taquilleras.
Tampoco crea paradojas y puede ser autoconsistente si esto implicara que existe la posibilidad de crear universos alternos.
En esta línea de tiempo, el viaje al pasado con su consecuente modificación de algún evento importante dentro de ella, ocasionará que se haga una línea de tiempo nueva.
El protagonista desea volver años atrás para matar a Hitler y evitar la Segunda Guerra Mundial. Lo logra, pero al hacerlo crea una nueva realidad alterna. En esta nueva realidad Hitler no existe y no hubo guerra, pero el protagonista se queda atrapado en esa línea temporal, mientras que por su parte, la línea de tiempo en donde Hitler nunca murió sigue su curso y sí se desarrolló el infame evento histórico.
El protagonista jamás evitó una guerra, sólo creó una nueva realidad sin ella.
El ejemplo más reciente lo tenemos en «Avengers: Endgame».
Como ven, los tres modelos son interesantes y conllevan dificultades y conveniencias según el propósito del autor. En lo personal, la inverosimilitud del primer ejemplo hace que sea la que más me disguste, sin embargo, es la que tiene más posibilidades de desarrollar problemáticas interesantes dentro de una historia.
Las dos restantes, por otro lado, son más afines a la ciencia ficción, pues conservan sus cimientos lógicos y científicos arraigados dentro del propio modelo.
Lo cierto es que cada autor elegirá lo más conveniente en su obra y podría funcionar de manera excelente o catastrófica según el dominio que tenga de cada una de estas maneras de manipular el tiempo dentro de sus historias ficticias… eso, al menos, hasta que un buen día el viaje en el tiempo se vuelva una realidad.