Superman: Red Son. El poder de la libertad.

Por Aledith Coulddy

El pasado 25 de febrero la nueva película animada de DC tuvo su estreno.

En esta ocasión, nos traen a la pantalla chica la adaptación del cómic homónimo, Superman: Red Son, en donde vemos la historia de un Superman que en lugar de haber llegado a Kansas, hizo su arribo a la Unión Soviética de los años 30.

Se cuenta así una historia en donde el superhéroe, que ahora porta con orgullo los matices rojos de la época, crece y descubre sus poderes en medio del contexto de la Guerra Fría. Su archienemigo mortal continúa siendo Lex Luthor, quien mira con reservas al símbolo de la hoz y el martillo y considera que su existencia implica un riesgo para los ideales americanos.

Superman, quien en un inicio estaba al servicio de Stalin, pronto adquiere independencia al descubrir las atrocidades cometidas en los gulag, algo que le había sido encubierto. Debido a esto, Superman pronto en la cinta se hace del control del gobierno soviético y jura así trabajar incansablemente para volverlo una utopía digna de sus propios valores e ideologías.

El tema recurrente de la película es la libertad, una que parece no ser apta para los seres humanos que constantemente se debaten entre el poder, la codicia y por supuesto la estupidez. El problema recae en la creencia de los personajes de sentirse poseedores del método moralino perfecto para poder controlar esta libertad. Todos parecen conocer la fórmula para la creación de un mundo ideal, todos bajo sus propios preceptos ideológicos que son tan idiosincráticos de su moral que se olvidan de un detalle importante: usar su poder para coartar la libertad de otro en pos de alcanzar una utopía, los transforma en seres autoritarios e intransigentes.

La película no presenta a sus personajes como buenos o malos sino como humanos y, dentro de este concepto, también hace lucir la ambivalencia de la naturaleza misma del hombre: la luz y la oscuridad, el poder y el sometimiento, el querer hacer bien y el hacer cosas cuestionables por lograr este objetivo.

Cuenta, además, con la aparición de varios de los miembros clásicos de la Liga de la justicia, con protagonismo variado pero con participación interesante, lo cual hace amena la cinta y permite conocer otras facetas de estos superhéroes.

Finalmente, agregar que, a pesar de que difiere en algunos aspectos con el cómic, la esencia se mantiene. Sin embargo, es importante mencionar que el final de la novela gráfica es mucho más interesante que el de la película y la da más trascendencia y significado a todo lo ocurrido.

Si desean pasar un rato entretenido y sustancial, no se pueden perder Superman: Red Son. Una opción recomendable en estas épocas en donde ejercer con responsabilidad nuestra propia libertad es esencial para estar un paso más cerca de esa tan anhelada y lejana utopía.

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