Por Oscar Valentín Bernal
Cuando hablamos de los pioneros del género del misterio y policíaco, se nos vienen a la cabeza nombres como Arthur Conan Doyle, Edgar Allan Poe y, claro, Agatha Christie. Christie se crió en el campo y trabajó como enfermera durante las dos guerras mundiales, fue aficionada a Robinson Crusoe, a los relatos de Jules Verne y de Charles Dickens, obras que le sirvieron de inspiración para la suya, sin embargo, es curioso que, en el caso de Christie, su carrera detrás de la máquina de escribir haya comenzado con un reto.
«No puedes escribir una historia de detectives, donde el final sea inesperado». Dijo Madge, la hermana de Agatha y fue así que nació “The Mysterious Affair of Styles”, su primera novela publicada en la cual ve la luz el famoso detective belga, Hercule Poirot (Pronunciado Puagó en francés).