La Cadena Cósmica

Por Oscar Valentín Bernal

I

La vida no es otra cosa que una cadena de eventos, cada acontecimiento actúa como un eslabón que tira del anterior y se aferra al siguiente, para así avanzar de forma constante e ininterrumpida, hacia un futuro que, en realidad es otro tramo de la cadena que aún no ha sido forjado. Existen eslabones grandes y eslabones pequeños, algunos son casi nuevos y despiden destellos alegres bajo el sol del tiempo. Pero también los hay herrumbrosos, tan carcomidos por los eones que casi se han roto, y cuando eso ocurra, la cadena saltará en pedazos, y los eventos se disolverán en la fría oscuridad del infinito, donde nadie más será capaz de recordarlos. 

No obstante, hablando de los eslabones, de sus formas, tamaños y detalles, podemos pensar que el tramo de la cadena que corresponde a Fjälland, está plagado de eslabones extraños, algunos de ellos lo son tanto que su sola vista confundía al Gran Guardián del Tiempo. Los eslabones de Fjälland se bifurcan, se tuercen y se elongan de maneras horribles hasta tocar cadenas distantes, se entrelazan con ellas y crean las puertas por las que cruzan las bestias.

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