
Por S. Bobenstein
La primera vez que tuve un acercamiento con la obra del español Arturo Pérez-Reverte no fue a través de Las aventuras del Capitán Alatriste, ni siquiera fue por haber leído algún otro de sus libros, sino por haber estado haciendo zapping en los canales de películas del cable. Llamó mi atención una escena en la que un joven Johnny Depp sostenía en sus manos un antiguo libro negro al que se refirió como “Las nueve puertas del Reino de las Sombras”, un nombre que al instante se me antojó místico y arcano y que, dada mi gran curiosidad por el ocultismo, terminó por convencerme.
Si bien la película no era una superproducción hollywoodense y no contaba con aspectos cinematográficos y actorales particularmente destacables, la historia alrededor del enigmático libro me cautivó, por lo que me decidí a investigar más acerca de la producción. The Ninth Gate (conocida en Hispanoamérica como La última puerta) es una película de 1999 dirigida, producida y co-escrita por el polémico Roman Polanski, vagamente basada en la novela de 1993 El club Dumas de Pérez-Reverte. No puedo hacer suficiente énfasis en el término “vagamente”, ya que la adaptación de la película ni de cerca le hace justicia a la intrincada, riquísima y emocionante historia que se desarrolla en el papel.
El club Dumas nos presenta a Lucas Corso, un comerciante de libros con la reputación de hacer “lo que sea necesario” para satisfacer las demandas de su clientela, compuesta principalmente por adinerados bibliófilos que buscan enriquecer sus colecciones con raros y antiguos ejemplares. En el desarrollo de la historia, Corso se ve implicado en intrigas por partida doble: por un lado, se le encarga comprobar la autenticidad de un manuscrito atribuido a Alexandre Dumas concerniente a Los tres mosqueteros luego de que el dueño del mismo fuera encontrado muerto en extrañas circunstancias, por otra parte, un excéntrico coleccionista obsesionado con el libro De Umbrarum Regni Novem Portis (Las nueve puertas del Reino de las Sombras), el cual supuestamente contiene instrucciones para convocar al Diablo y cuyo autor fue quemado en la hoguera por la Inquisición, le ofrece una cuantiosa suma por encontrar las dos últimas copias que quedan de éste además de la suya. Lo que en un inicio parecían encomiendas cotidianas para Corso, se convierten rápidamente en una espiral de conspiraciones centradas en él, en las que la línea entre la realidad y la ficción, entre lo mundano y lo sobrenatural, se vuelven cada vez más difusas, al igual que sus probabilidades de salir bien librado de ellas.
Pérez-Reverte logra convertir algo en apariencia aburrido y monótono, como lo es el comercio de libros antiguos, en un thriller al nivel de cualquier historia de misterio y espionaje, en una aventura que nos transporta por diversos lugares europeos buscando la respuesta a las preguntas ¿qué está sucediendo realmente? y ¿cómo se relaciona todo? La experiencia a través de los ojos de Corso da la sensación de ser una carrera contra el tiempo y contra diversos adversarios que entienden mejor que él mismo lo que está en juego, lo que verdaderamente representan esos escritos y las consecuencias de ser poseedor de ellos; mientras los otros saben exactamente cómo actuar y qué estrategias usar, Corso se ve reducido a reaccionar ante las amenazas a medida que se presentan. Mas es erróneo asumir que él se encuentra desvalido en esta situación; haciendo uso de todos sus recursos intelectuales, de los contactos que ha hecho a lo largo de su carrera y de su experiencia como “traficante” de valiosísimas obras mundiales, cuenta con las herramientas para, si no adelantárseles, seguirle el paso a sus perseguidores, movido ya no sólo por la promesa de recompensa, sino también por su necesidad natural de descubrir lo que se oculta detrás de lo que, en apariencia, son sólo montones de papel y tinta.
La lectura de El club Dumas resulta ágil y atrapante, el escrito transmite excelentemente la sensación de premura que, imagino, Corso debe sentir a cada vuelta de la esquina y que se incrementa cuando se va descubriendo lo que está en juego, además que provoca en el lector una duda cautivadora acerca de ciertos eventos que podrían parecer imposibles, pero no del todo descabellados en el contexto de la historia. La hábil pluma de Pérez-Reverte adereza el misterio con referencias a obras de la literatura universal y al mundo de la compra-venta de libros antiguos que, lejos de frenar el desarrollo de la narrativa, proveen un marco que permite al lector entender mejor el mundo de la novela y que lo envuelve hermosamente.
Las aventuras de Lucas Corso distan mucho de ser una obra maestra de la literatura universal a la par de los libros a los que les ha puesto las manos encima, pero sin duda alguna, constituyen una historia ampliamente recomendable que mantendrá al lector pasando las páginas ávidamente de principio a fin.