
Por Aledith Coulddy
–Contiene SPOILERS–
En la historia de la ficción nos encontramos con distintos arquetipos de personajes. Están los héroes, los villanos, los antagonistas, el compañero del protagonista, la figura paterna y materna, entre otros.
Cada uno de estos prototipos cumplen una función narrativa y ayudan al desenvolvimiento de la historia, ya sea para agregar complicaciones a la trama o para desarrollar puntos cruciales para el propósito de lo que desee contar el autor.
Entre uno de los personajes principales que podemos observar en muchas de las historias clásicas y modernas es el del antagonista en redención.
Es importante mencionar que la definición de un villano y un antagonista no cumple las mismas premisas en el sentido literario. De este modo, el villano es aquel personaje que ejercerá un efecto enteramente negativo a la existencia del protagonista o el héroe, que busca perjudicar y dañar activamente a él y a los demás personajes de la trama. El antagonista no es más que aquél que posee los elementos contrarios al protagonista; pretende alcanzar, quizá, lo mismo que éste, pero por motivaciones o medios opuestos. Esto no quiere decir que sus intenciones sean necesariamente negativas, simplemente le implican un reto al protagonista.
En las historias que conocemos a diario mediante el cine, literatura, videojuegos o cualquier medio de expresión narrativa, encontramos que el antagonista de la historia es por lo general el villano de la misma. Sin embargo, no ocurre así en todos los casos.
Haciendo mención a los personajes que aparecen en el título descubrimos lo siguiente:
- Severus Snape no es el villano de la historia, en efecto, su papel corresponde más al de un antagonista. A pesar de las desventuras como estudiante de Hogwarts, Harry Potter no encuentra en Snape una amenaza tangible a su integridad; interviene en sus propósitos muchas veces, sí, e incluso le hace pasar momentos malos, pero nunca algo que conlleve una verdadera amenaza.
- Darth Vader es el villano clásico de la saga original de Star Wars, pero también es el antagonista principal de la obra. No sólo presenta motivaciones contrarias a la de los protagonistas sino que busca deliberadamente causar un mal.
- Jaime Lannister presenta motivaciones más elaboradas, dado que el arco en el que se desenvuelve involucra diversas complicaciones que, dependiendo el ángulo en el que se mire lo que está sucediendo, lo que él ejecute se vuelve una acción positiva o negativa. No es el villano de la historia en definitiva, pero sí antagoniza (sobre todo en las primeras partes de la obra) con los personajes considerados héroes o protagonistas.
¿Qué tienen, entonces, en común estos tres personajes? Precisamente su arco de redención.
Para el propósito de este análisis no nos enfocaremos en aquello que llevó a los personajes en cuestión a ser antagonistas o villanos, sino lo que los hace ser personajes grises y matizados, más que maniquís que obedecen sólo a la yin o al yang sin procesos intermedios en su desarrollo.
El antagonista en redención en la ficción, es aquel personaje que ha ejercido voluntariamente actos inmorales y cuestionables o que representan una dificultad para el protagonista a lo largo de todo su desarrollo, pero que al final, una sola acción o situación les hace cambiar este papel y ejercen un efecto positivo para el protagonista.
Así, Snape, logra convertirse en uno de los salvadores del mundo mágico al ejecutar la última voluntad de Dumbledore, servir de doble agente en favor de éste y dar su vida por Harry Potter.
Darth Vader mata al Emperador, logrando así destruir a los Sith existentes al momento de la historia y salvar la vida Luke Skywalker.
Y por último, Jaime Lannister, un personaje atormentado por las acciones de su pasado y la presión que ejerce el linaje al que pertenece,después de perder su mano derecha (la parte más preciada de su esencia y el instrumento que representa su máxima cualidad, que es ser un gran guerrero), logra iniciar un arco de redención clásico que precisamente muestra al personaje desviado de las reglas morales y las buenas intenciones, en uno útil para los propósitos de los protagonistas.
La mayoría de las veces, el desarrollo de estos personajes culmina en muerte. Es el clímax y parte más característica del arco de redención, pues han cumplido con su aportación a la historia y no queda otro camino que terminar con su papel.
El arco de Jaime Lannister, a diferencia de Darth Vader y Snape fue atropellado por las malas decisiones de los guionistas de Game of Thrones. Lo devuelven a un camino cuestionable al regresar con su hermana gemela y, a pesar de ser un final poético, no se logra ver por completo ese cambio real, pues vuelve a elegir aquello de lo que ya había trascendido con anterioridad.
Hay infinidad de ejemplos del antagonista en redención a lo largo de toda la historia de la ficción. Marisa Coulter, la villana y antagonista principal de “La materia oscura” de Phillip Pullman. Boromir, antagonista de “El señor de los anillos”. Venom, villano que hace su transformación hacia un antihéroe (dependiendo, claro, del arco que nos sea contado en los cómics) y Vegeta de la serie de Dragon Ball Z, en donde llega al planeta para aniquilar a Goku, pero se une a su causa con el paso del tiempo.
Podríamos pensar y encontrar más ejemplos, pero lo que es importante recalcar es que a pesar de que estos arcos de redención poseen una estructura muy similar entre sí, cuando son escritos de una manera adecuada, se convierten en una fuente de gran calidad para la historia que se está contando pues hacen que el espectador de la obra se de cuenta que los personajes con gran escalas de colores son los más reales y reflejan la vida diaria del individuo común.
Al final de cuentas, los seres humanos no vemos en blanco y negro y lo que hace a la vida hermosa e interesante, son los múltiples matices que nacen de la luz y la oscuridad.