
Por Aledith Coulddy
Alfred Hitchcock, aclamado director y productor de cine, entre muchas de las novedades que le otorgó al legado del séptimo arte, logró popularizar un término cuyo significado pasaría a la posteridad como uno de los recursos narrativos más peculiares y reconocidos de la ficción.
El origen del MacGuffin se remonta a un diálogo en una supuesta cinta que Hitchcock miró allá por los años 30, en donde dos hombres que viajan en un tren mantienen la siguiente conversación:
«—¿Qué es ese paquete que llevas ahí?
—Oh, es un MacGuffin.
—¿Qué es un MacGuffin? —responde el hombre, intrigado.
—Es un aparato que sirve para atrapar leones en las praderas escocesas.
—Pero si no hay leones en las praderas escocesas.
—Bueno… entonces esto no es un MacGuffin».
De esta forma, Alfred Hitchcock ejemplificaba la esencia de este elemento. Pero, ¿qué es realmente?
Un MacGuffin es un objeto material o abstracto, que puede incluir desde cualquier artículo físico hasta una idea, que sirve como motor en una historia, es decir, este recurso narrativo logra mover el argumento hacia un punto y consigue que los personajes o las circunstancias se pongan en acción. Sin embargo, se debe recalcar que el MacGuffin no posee un valor por sí mismo, sino que éste es dado por los eventos de la historia o por los mismos personajes.
Otra de las características de este recurso narrativo es que, si no obligatoriamente pero sí de forma muy común, el MacGuffin es introducido al espectador o al lector desde el inicio de la historia.
Como mencioné anteriormente, este elemento mueve al argumento y mueve de la misma forma a los personajes. No representa la parte esencial de una obra pero sí consigue que ésta se desenvuelva hacia el punto en que el autor lo desee.
A pesar de que Hitchcock era uno de los grandes en el MacGuffin, los ejemplos que daré a continuación son parte de obras que conozco mejor.
En toda la historia de «El señor de los anillos», el anillo del poder funge como un MacGuffin. Este pequeño artículo de joyería no posee un valor en sí mismo y, de hecho, jamás se dan a conocer las características que lo vuelven tan poderoso. Se sabe que puede lograr que algunas personas se vuelvan invisibles y que, según la afinidad con su portador, puede traerle fortunas o desgracias, pero nunca se conoce más allá de eso.
Los personajes comprenden su importancia porque no debe regresar a manos de Sauron y la misión y el objetivo de la historia recae en destruirlo para evitar que esto suceda, pero su importancia está ligada directamente al Señor Oscuro ya que sin él, el anillo sería sólo otro objeto más.
Por otro lado, en «Harry Potter y la cámara secreta» tenemos dos MacGuffin. El diario de Tom Riddle, que aunque en libros posteriores se revela que era un horcrux, no poseía un valor en sí hasta que no fue encontrado por Ginny Weasley para abrir la cámara secreta, otro de los MacGuffin característicos de esta obra.
La cámara secreta, como vemos, no es un artículo sino un lugar y no representaba algo relevante por sí sola sino que su valor estaba sujeto a lo que había dentro. El basilisco fue el que consiguió que algunos alumnos fueran petrificados, pero la cámara solo servía como su reservorio.
Desde el inicio de la historia, cuando los casos comienzan a aparecer, se anuncia que la cámara ha sido abierta y esto mueve a los personajes en una búsqueda incansable que deriva en el develamiento de otros aspectos más relevantes que sólo la cámara, como lo fue la introducción de los pedazos de alma de Lord Voldemort.
Ejemplos sobre MacGuffin hay miles. Si nos ponemos a analizar las obras encontraremos al menos uno en cada una de ellas, desde los sutiles y poco relevantes hasta los que logran volverse parte del título de una obra y cuyo argumento gira en torno a él.
Y, para ustedes, ¿cuáles son sus MacGuffin favoritos?
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