El tiempo narrativo: hablemos del flashback y el racconto

Por Aledith Coulddy

En la práctica de la creación de historias de ficción, nos encontramos usualmente con dos técnicas narrativas importantísimas a la hora de contar algún suceso pasado. Sin embargo, es usual que tanto el lector, espectador o creador novel confunda ambos términos y los denomine bajo un mismo nombre.

En la siguiente breve explicación, diferenciaremos ambos términos para dejar en claro lo que hace distintivo uno de otro y, en caso de escribir historias, ser capaces de identificar y sacar provecho de cada una de ellas.

El flashback, que en español se conoce como analepsis o anacronía analéptica, suele usarse indiferentemente para identificarse a sí mismo y al racconto, no obstante, el flashback posee características específicas que le distinguen de la segunda.

Tenemos, así, que el flashback presenta, dentro de la narrativa, una escena del pasado que es mostrada de forma repentina. No hay una introducción o sucesión de escenas o líneas que preparen al espectador para lo que está a punto de ver a continuación sino que el momento pasado es ilustrado rápidamente y de forma casi inesperada. Lo que se cuenta tiene completa relación con lo que se está narrando en ese momento en el presente y sirve precisamente para ejemplificar de forma más clara lo que sucede. Los flashback tienen una duración breve y es una de las características que en mayor parte la diferencia del racconto.

El flashback lo podemos encontrar en cientos de ejemplares cinematográficos y literarios. Una de las películas que más hace uso de ellos es «Man of Steel» (Zack Snyder, 2013), en donde constantemente se nos muestran breves vistazos del pasado para entender más acerca de la juventud de Clark Kent.

Por otro lado, el racconto es un recurso narrativo que se diferencia del flashback porque su duración es más larga. Este es el elemento que, esencialmente, dicta la particularidad de ambos términos.

El racconto, además, posee una característica extra. Aparte de mostrar una escena del pasado de forma más detallada y de mayor duración y elaboración, usualmente suele progresar a través del tiempo hasta que confluye en un punto en común con el presente. Es como si la misma historia se contara desde dos perspectivas, el pasado y el presente, y en un momento, el pasado logra alcanzar al hoy y se une con él para narrar algo en común. Esto le da fuerza a la historia pues el espectador o el lector empatiza con el personaje del presente por medio de la narrativa pasada, lo pone en contexto de la situación actual y ayuda a explicar de forma extensa algo esencial del ayer.

Un ejemplo clásico del racconto en el cine es la película «Titanic» (James Cameron, 1997), en donde podemos observar a una Rose anciana que cuenta su historia y la relación con «El corazón del mar», la afamada joya de la realeza francesa que Rose obtuvo como un regalo de compromiso y que narrativamente sirve para ejemplificar también otro recurso muy importante: el MacGuffin (dejaré el link sobre este último al final de la reseña).

Ambos recursos narrativos ayudan enormemente al escritor a mostrar eventos del pasado, la diferencia radica en la duración y la relación significativa con los eventos presentes. Ambos, de cualquier forma, embellecen el texto si son desarrollados correctamente e invitan al espectador a viajar en el tiempo tantas veces como el autor lo requiera.


Más sobre el MacGuffin:

https://puertafalsa.com/2019/10/17/el-macguffin-un-recurso-narrativo-para-gobernarlos-a-todos/

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