Por Oscar Valentín Bernal
Lo primero que debes tener presente a la hora de decidir incursionar en el mundo de la creación literaria es que el arte de escribir es un medio de expresión megadiverso. El del escritor, es un oficio que demanda mucho tiempo, trabajo, esfuerzo y sacrificio. Puedes estar seguro de que nunca dejarás de aprender, no importa el tiempo que pases dedicándote a ello.
La narrativa de ficción es un portal que te permite alejarte del mundo y estar en cualquier parte. Te adentra en lugares imposibles, llenos de magia, horrores y tecnologías a los que no tendríamos acceso por otro medio. La ficción invita a la reflexión y a expandir los límites de lo que se conoce y se cree posible. Así que, he aquí mis consejos:
Lee
Amplía tu vocabulario. Lee mucho. Lee todos los días, y aprende de lo que lees, aplica lo bueno, evita lo malo. Raya tus libros, llénalos de etiquetas, marca cosas en ellos que te llamen la atención; técnicas, escenas, fragmentos que dotan de vida al texto y lo hacen funcionar. Pregúntate ¿por qué producen el efecto que tienen?
Escribe
Hazlo como si no hubiera un mañana. Crear el hábito de escritura es cuestión de organización y de qué tanto deseas mejorar en el arte. Empieza con historias cortas, ellas te irán dando la habilidad y el ejercicio mental que requieres para crear una obra más extensa. Ojo, con esto no me refiero a que un cuento tenga menor valor que una novela o sea más sencillo de realizar. Cada formato literario tiene su grado de complejidad y funciona como debe. La perfección de un texto no radica en su extensión.
No te rindas
No todo lo que saldrá de la pluma es bueno, eso es algo totalmente normal, sin embargo, debo advertirte de que esos primeros abortos literarios son necesarios para pulir tu técnica, del mismo modo que un bulto amorfo de acero es golpeado y moldeado por un martillo hasta crear una katana perfecta. La escritura es algo serio y rendirse no es una opción.
¿Esperar el momento adecuado?
El momento ideal para escribir nunca llegará. Todos estamos ocupados, si hoy en día tienes un millón de ocupaciones, ten por seguro que dentro de cinco o diez años, todavía las tendrás. No te quedes esperando un momento mejor. Si escribir es lo que quieres, ve y hazlo, disfrútalo y súfrelo, como lo hacen todos los escritores. Piensa en que J. K. Rowling empezó a escribir Harry Potter en cafés de Edimburgo, siendo madre soltera y estando desempleada. Y en que Stephen King escribía por las noches, mientras trabajaba en una lavandería para poder mantener a su familia que vivía en un remolque.
El Bloqueo
Suele suceder que antes de comenzar o durante el desarrollo de alguna obra, nos quedamos sin saber que hacer, o simplemente sin ganas de seguir. Déjame decirte que el único que puede sacarte de ese horrible bache creativo, eres tú y solo tú.
Tomate un descanso, pero con esto no quiero decir que te pongas a holgazanear. A mí me es de gran ayuda ver imágenes de arte conceptual y fotografías, ver películas, jugar videojuegos con historias interesantes, escuchar música que transmita ideas, escribir otra cosa (algo breve). A veces basta con dar un paseo o manejar en silencio mientras se piensa en cuál es el problema y en qué necesitas para solucionarlo. Cuando lo descubras dirás: «¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió antes?».
¿Cómo continuar?
Dale tiempo, pero no demasiado. A veces las ideas se atoran y solo requieren de un poco de descanso para salir, pero debes tener cuidado de no estancarte; cuando esto ocurre, la mejor receta contra el bloqueo es forzarte a trabajar.
Picasso dijo una vez que la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando. Escribe cuando tengas ganas de hacerlo, pero también hazlo cuando no quieras. Nunca te quedes esperando a que llegue la inspiración, a veces para aparecer necesita de un empujón.
Críticas y opiniones
Escucha las críticas y sugerencias, pero enséñate a ser selectivo y crear tu propio criterio. Haz como con los libros que lees, toma lo que te sirve, desecha lo que no. Debes tener en cuenta que no siempre tendrás la razón, lo difícil sobre este aspecto es enseñarte a diferenciar lo que tiene fundamento de lo que no.
Los personajes
Desarrolla tus personajes y vuelvelos creíbles. Infúndeles un aliento de vida. Incluso en las narraciones con escasa descripción, un escritor hábil es capaz de esbozar carácteres bien definidos, valiéndose de recursos como el diálogo.
Las descripciones
Da las descripciones adecuadas para producir atmósferas, sin quedarte corto, pero sin caer en la exageración. Con el tiempo y la práctica, aprenderás a darle al texto únicamente lo que requiere. Simplifica siempre en la medida de lo posible.
Si el tipo de obra que estás creando, necesitara de una descripción con gran detalle, lo recomendable es que te familiarices con autores que hayan desarrollado este recurso con éxito. Déjalos a ellos ser tus maestros.
La edición
Cuando termines una historia, déjala descansar un tiempo antes de editarla. Así podrás ser más objetivo y autocrítico.
Siempre es bueno que le leas tus escritos a alguien de confianza, para que pueda ayudarte a notar incongruencias que uno como autor de pronto pasa por alto. Si la persona que eliges tiene conocimiento de las artes narrativas, un tanto mejor. Al escuchar sugerencias, acéptalas, luego tómate un tiempo para evaluar si son lo más conveniente para el texto.
El lugar
Crea el entorno propicio para trabajar, un sitio en el que puedas operar a tu entera voluntad sin ser perturbado. Puede ser un estudio, una sala, tu habitación o cualquier lugar cómodo para hacer fluir las ideas. Guillermo del Toro acondicionó un espacio entero de su casa para simular una lluvia perpetua, ya que la monotonía de su sonido le ayuda a concentrarse en la labor creativa. Cuando haya demasiado ruido en el exterior o simplemente te cueste trabajo mantener la concentración, prueba con un par de audífonos y sonidos relajantes, además de la lluvia puedes utilizar audios de trenes en movimiento o música que te permita pensar. Debes tener en cuenta que hay textos que salen mejor con música, otros requieren de silencio, ya lo notarás sobre la marcha.
Mientras trabajas, desentiéndete de celulares, televisiones encendidas o cualquier otro aparato o medio que pueda fungir como distractor. Habla con las personas que viven contigo y hazles entender que mientras estés en tu espacio de trabajo, sólo puedes ser interrumpido si ocurre algo como que la casa se esté quemando.
Ten cerca a tus héroes
¿Alguna vez te topaste con una historia que influyó tanto en ti como para hacerte decir: «Esto es lo que yo quiero hacer»? Yo, sí.
Desde siempre, los escritores han tomado como motivación la obra de otros autores para su propia creación literaria. Lee a escritores que hagan, de forma exitosa, lo que tú pretendes, ellos te darán a conocer las herramientas que necesitas. Utilízalas, pero asegúrate de crear tu propio estilo. Puedes admirar tanto a un escritor que probablemente quieras llegar a ser como él, y eso no es algo malo, pero debes evitar convertirte en él. Recuerda que solo existió un Tolkien y nunca más habrá otro.
Estas son algunas de las cosas que he aprendido sobre la marcha. Algunas han sido consejos de amigos y que, a través de la práctica, he encontrado de gran utilidad. Otras son simplemente verdades universales que ciertos escritores llevan repitiendo desde hace muchísimo tiempo. Espero que puedan servirte para comenzar tu camino.
¡Buena suerte!