(Imagen de Ömer Tunc)
Por Oscar Valentín Bernal
De forma cronológica, podemos posicionar a «El Último Deseo» de Andrzej Sapkowski, como el primer libro de «La Saga de Geralt de Rivia», la cual, hoy en día, consta de diez libros entre antologías de cuentos y novelas, una saga de videojuegos y una reciente serie para la televisión producida por Netflix. No obstante, es la intención que esta sea la primera de una serie de reseñas enfocadas sólo en la versión literaria de la historia, y es que, la saga de Sapkowski tiene, por sí misma, mucha tela de donde cortar, pues al leer el primer libro y parte del segundo, me he dado cuenta de estar ante un escritor que sabe a la perfección lo que quiere ofrecerle a su audiencia y ha decidido hacerlo de una forma bien pensada a través de una narrativa ágil que muchas veces se vale del diálogo para dar movimiento a la trama, esta técnica permite al lector conocer muy de cerca a los personajes y hacerse una idea bastante clara de su personalidad, en ocasiones llegamos a percibir estas historias con una claridad semejante a las permitidas por una cámara cinematográfica o un guión teatral bien elaborado.
La estructura:
Volviendo al Libro I, Sapkowski nos presenta en él una secuencia de cuentos que narran las hazañas del brujo y sus amigos a través de una línea temporal en la que a veces transcurren meses o años de una historia a la siguiente. Los relatos se conectan entre sí de forma eficáz y nos da la impresión de estar leyendo los pequeños capítulos autoconclusivos de una novela. Sin embargo, esta manera de contar diversas aventuras, unas con tonos oscuros, otras más humorísticos, permite al escritor avanzar en el tiempo según le convenga y producir un fuerte vínculo entre los personajes de la obra y el lector, pues mientras uno lee las historias del brujo, desde el primer libro se tiene la impresión de haber pasado ya muchas penurias al lado de Geralt. A su vez, ésta es una manera perfecta para cimentar las bases de todo un universo literario en un libro relativamente corto.
La mitología y las referencias:
Es por todos bien sabido que Sapkowski tomó gran inspiración en el folklore eslavo para sus historias, no obstante no sólo se trata de eso, sino que se atrevió a ir mucho más allá y creo con estas influencias su propia mitología con un estilo único que lo diferencía por completo al de otras obras del género fantástico como las de J. R. R. Tolkien o George R. R. Martin, pero sin dejar de lado los guiños a diferentes clásicos de la literatura fantástica. Podemos apreciar historias que nos recuerdan bastante a los cuentos de «La Bella y La Bestia», «Blancanieves y Los Siete Enanos», «La Bella Durmiente», etc. pero siempre con un toque inesperado y en ocasiones humorístico, que logrará arrancarnos una sonrisa.
El protagonista:
Geralt de Rivia, El Carnicero de Blaviken, El Lobo Blanco, o simplemente el brujo, es el clásico tipo duro de las historias caballerescas. Pertenece a una orden de humanos mutados desde niños por medio de magia y cuya misión es la de, por un precio razonable, enfrentarse a monstruos que amenazan la seguridad de los mortales. Sus armas son la brujería, las señales empleadas por los brujos para manipular los elementos y afectar a sus oponentes, y las dos espadas, una de acero para los hombres, otra de plata para los monstruos.
La voz de la razón:
Entre cada relato del Libro I, nos topamos con fragmentos de una historia que lleva su propia línea temporal, independiente del resto del libro, pero que se relaciona o hace alusión a los otros cuentos de diferentes formas. Esto me pareció un recurso bastante interesante que añade un “plus” al withcerverse ya que, por medio de las voces de la razón, somos capaces de contemplar un panorama más amplio, conocemos datos de importancia y al mismo tiempo, sirven como los eslabones de una cadena que une al libro y le da un toque contundente al final.
La Saga de Geralt de Rivia infunde un aire fresco a la literatura fantástica contemporánea, con solo leer la primera parte me he quedado ya con ganas de continuar adentrandome en este universo plagado de hechiceros, kikimoras, estrigies, silvánes, genios y uno que otro bardo.