The Legend of Zelda: Breath of the Wild, reinventando la leyenda

Por Jonathan Novak

“The Legend of Zelda: Breath of the Wild” es la más reciente entrega de la serie de videojuegos de “The Legend of Zelda”. Este videojuego, producido por el ya muy conocido Eiji Aonuma y lanzado para la Nintendo Switch y la Nintendo Wii U, ha presentado un salto importante en lo que se refiere a la famosa saga. Ofrece una jugabilidad estable, un mundo abierto descomunal, una historia atrapante y, por sobre todas las cosas, libertad.

La libertad en “Breath of the Wild”

Si bien, “Breath of the Wild” no es el primer juego de la saga en presentar una campaña no lineal (es decir, que puede ser abordada de más de una forma), éste es el que logra mejor transmitirnos esa sensación de libertad. Link, nuestro legendario protagonista, despierta en una cueva, sin recordar nada de su pasado. Su única guía se vuelve la voz de Zelda, que lo guiará en los primeros pasos de su aventura. Luego de una o dos horas explorando la zona inicial (área ya de por sí bastante grande), se nos presentará toda la extensión de Hyrule. La razón para hacer hincapié en la sensación de libertad en este juego es que no había habido nada de esta magnitud en la serie. Podríamos recordar al primer “The Legend of Zelda” hacer algo similar; después de éste, podríamos enumerar al clásico de la SNES “A Link to the Past” el cual también ofrecía una cierta libertad a la hora de completar la aventura y, a partir de éste, los ejemplos fueron muy pocos. Aun así, después de analizar los títulos de esta saga, podemos darnos cuenta que “Breath of the Wild” se debería poner aparte. La gran precisión con la que fueron diseñadas las mecánicas en el juego, permiten no sólo avanzar en la historia con caminos distintos sino que incluso las pequeñas piezas de la aventura están abiertas a la interpretación del jugador quien en más de una ocasión usará su ingenio, y no una respuesta prediseñada por un tercero, para solventar los problemas que se le presenten. Finalmente esta libertad es uno de los elementos que hace a “Breath of the Wild” un título único dentro de la saga.

Un Hyrule salvaje

Al iniciar la campaña de “Breath of the Wild” nos revelan una realidad: ya hemos perdido. La historia nos narra cómo cien años atrás, nuestros héroes intentaron enfrentar a la calamidad, la nueva forma de nuestro querido villano Ganon y, a pesar de sus esfuerzos, perdieron. Es ésta la razón principal de ver el reino en ruinas, desde el inicio al encontrarnos con el templo del tiempo, hasta el final, al ver de cerca la ciudadela dominada por los seres al mando de Ganon. Es realmente interesante poder saborear a Hyrule en este estado, las mismas ruinas son una forma de realzar la magnificencia que antaño tuvo y de mostrar el peligro que presenta la calamidad; nos coloca en ese estado de constante atención y la enormidad del área de juego, hace que cada paseo a caballo pueda terminar en un lugar totalmente nuevo. Y es que, con más de doscientas horas de juego invertidas en esa primera partida, creo que si me lo propongo, sería capaz de encontrar zonas que nunca había explorado.

Una historia más personal

Un punto criticado de este videojuego fue su historia, la han tachado de simple y demasiado corta, y la verdad lo es, pero aplica sus elementos inteligentemente. Desde el primer trailer que mostraba el doblaje del juego, nos pudimos dar cuenta que algo había especial con “Breath of the Wild”, empezando por los actores de voz que suenan perfecto en todos los idiomas. Agregar doblaje fue un paso que se venía anunciando desde hace tiempo y aunque no fui un fan de la idea, la ejecución me sorprendió gratamente. Además, aunque no hay un desarrollo tan grande de historia, las cinemáticas utilizadas para narrar los hechos son, sin miedo a equivocarme, lo mejor que he visto en esta saga de videojuegos. Es la combinación de estos elementos lo que hace destacar la narrativa aunque ésta no sea tan profunda.

¿El mejor juego de la saga?

Hay una regla no dicha al hablar de la saga de “The Legend of Zelda” y es que necesariamente terminarán saliendo los hermanitos mayores, “A Link to the Past” y “Ocarina of Time”. Existe una especie de pleito al definir cuál es el mejor juego de la saga y, cuando “Breath of the Wild”, un juego tan distinto dentro de la serie, obtuvo calificaciones casi perfectas y un aclamo generalizado de los consumidores, era normal que entrara a la discusión. Sin embargo, esta plática se ha vuelto repetitiva. En su época de lanzamiento, “The Legend of Zelda: Wind Waker” fue criticado por su estética infantil y aun así se ganó un lugar en el corazón de los fans y se ha consolidado como uno de los clásicos. Años después, “Twilight Princess” tendría su momento bajo los reflectores y sería aclamado por muchos como uno de los mejores juegos de la serie de títulos. Acercándonos más al presente, “Skyward Sword” fue también recibido con vitores y elogios y, nuevamente, algunos quisieron ungir a un nuevo videojuego como el mejor de esta legendaria saga. No pretendo por supuesto decir qué juego es el mejor en “The Legend of Zelda”. Dudo mucho que haya una forma justa de hacer la comparativa, pero al cruzar por los inmensos campos del Hyrule de “Breath of the Wild” me hice en varias ocasiones la pregunta, “¿es este el mejor juego de la serie?” y, después de esas doscientas y tantas horas recorriendo este novedoso y conocido mundo, debo decir que no tengo respuesta. Me es imposible poner a cada título en un campo de batalla que adapte todos los elementos, son experiencias distintas y aquí radica la complejidad de la comparación: todos estos títulos tienen puntos similares, pero Nintendo se encargó de que cada uno fuera único. No son el mismo juego solo con un corte distinto, es una historia reinventada constantemente con pequeñas marcas de arte aquí y allá que, con cada entrega, nos hace revisitar lugares comunes de maneras distintas. Finalmente, me es imposible colocar a “Breath of the Wild” en la lista de los mejores de la serie, y es que antes de él era claro cuales eran mis favoritos, sin embargo la reinvención de “Breath of the Wild” lo vuelve un juego único que es difícil de catalogar. Creo que después de esta entrega, tendré que tener una lista aparte, una antes y otra después de éste título.

Es difícil no recomendar un elemento de la saga de “The Legend of Zelda”, esto hace aún más complicado mostrar lo sobresaliente de un título en particular, sin embargo, lo intentaré. “The Legend of Zelda: Breath of the Wild” es una reinvención de una serie de videojuegos con más de treinta años de trayectoria. Con tanto tiempo en el medio, algunos gigantes pueden perder su esencia, pero este no es el caso con “The Legend of Zelda”, un grande de la industria, capaz de transformarse sin perder lo que lo hace único y ofreciendo siempre una excelente experiencia al jugador.

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