Mi opinión sobre The Last of Us part II

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Por Oscar Valentín Bernal

(ADVERTENCIA, este artículo contiene fuertes SPOILERS de The Last of Us Part II)

La segunda parte de «The Last of Us» ha sido uno de los juegos más esperados durante los últimos años y, ahora, a solo una semana de su lanzamiento, existe una gran división en la audiencia respecto a este título y su historia, con un montón de jugadores inconformes ya que el juego hasta cierto punto defraudó sus expectativas. Y debo decir que en realidad esto es algo cierto porque nadie se esperaba el rumbo por el que Neil Druckmann llevaría su trama. 

¿Pero es esto en realidad tan malo? Creo que todo depende del ojo con el que sea visto el producto. Todos estábamos encariñados con Ellie y Joel debido al excelente manejo que tienen las emociones en el primer juego, queríamos que ellos terminaran bien porque todos pensábamos que después de tantas penurias era tiempo de un hermoso final feliz. Sin embargo, Neil Druckmann decidió llevar su historia por otro lado y entregarnos una trama oscura, llena de odio y sufrimiento, que para mi gusto está por completo a la altura del primer juego, sólo que en un sentido muy diferente, y era de esperarse que no toda la audiencia recibiera de manera tan agradecida este cambio.

«The Last of Us part II» inicia de manera brutal con la violenta muerte de uno de los personajes principales y a partir de aquí nos presenta un arco lleno de muerte y resentimiento, en el que en un 60% de la historia seguimos a Ellie en su camino de venganza y el otro 40% a su antagonista directa, Abby, quien le arrancó a la persona que ella más quería. Y de aquí parte la primera decisión arriesgada del equipo de Naughty Dog, pues en esa escena en la que Abby mata a Joel, destroza por completo a Ellie y por ende destroza al jugador, quien al instante convierte en su objetivo principal asesinar a Abby. 

Es muy difícil crear empatía con un personaje que ha llegado tan lejos y que a su vez está diseñado para crear aversión en la audiencia. Sin embargo, debo señalar que algunas de las mejores partes del juego se encuentran en la campaña de Abby, que al final resulta ser un personaje interesante y bien manejado, con gran crecimiento de principio a fin. En lo personal, no llegué a querer a Abby en ninguna parte del juego ni a sentir lástima por ella, y en verdad no creo que haya sido esa la intención de Druckmann, sino la de darnos los elementos necesarios para entender el punto de vista de Abby y hacernos ver que muchas veces lo que consideramos justo puede cambiar dependiendo de la perspectiva. 

El juego ha sido acusado de incongruencias argumentales y aunque creo que ninguna historia está cien por ciento libre de detalles, siento que en «The Last of Us part II» existe la debida justificación para casi todas ellas. Un ejemplo es el hecho de que el grupo de Abby no matara a Ellie y a Tommy desde el principio. A simple vista puede parecer una decisión poco inteligente, pero a lo largo del juego nos damos cuenta de que existe una razón de peso para ello y no sólo se limita a que sea por una necesidad forzada de la narrativa. Otro es el cómo Tommy y Joel revelan sus nombres desde el principio, siendo que deberían ser muy precavidos por el mundo peligroso y lleno de gente mala en donde viven. En este segundo caso, la realidad es que Joel lleva ya varios años con un estilo de vida alejado del contrabando y el ambiente hostil de Boston, ahora vive en Jackson, en relativa tranquilidad, su única labor es la de realizar patrullas de vigilancia, eliminar a los infectados y rescatar a los supervivientes que se acercan a la ciudad. No me parece inverosímil que haya comenzado a bajar la guardia y ser menos precavido, por el contrario, creo que esto refleja una conducta totalmente humana, además, después de rescatar a un montón de sobrevivientes que llegan a Jackson todos los años en busca de refugio, creo que lo último que pasaría por su cabeza al ver a una joven sola a punto de ser asesinada por los infectados es que ha venido con la única intención de matarlo.

En cuanto a los mensajes de la historia, el más fácil de captar creo que es el cómo la venganza puede llegar a consumir a una persona y cambiar por completo lo que es, y que, a partir de un principio de «ojo por ojo», el cual pareciera ofrecer justicia y consuelo, tiene como resultado en realidad un vórtice interminable de destrucción. Ellie empieza por perder a la persona que más quiere, pero en el camino para vengarse no sólo pierde a Joel, lo pierde todo, pierde a sus amigos, pierde a su pareja, deja de poder tocar la guitarra, mata a un montón de gente, ya no por sobrevivir, sino por una venganza que en muchos casos ni siquiera tiene que ver con las víctimas. Todo para al final darse cuenta de que ni siquiera el consumar esa venganza la dejará tranquila, y el último golpe se lo lleva al descubrir que Abby y Lev son como Joel y ella, aquí viene otro mensaje algo difícil de digerir: la gente se enojó porque Ellie no mata a Abby, porque la venganza que persiguió durante todo su arco no llega a su fin, lo consideran anticlimático. Yo creo que lo de verdad anticlimático sería que la hubiera matado, porque entonces Ellie no habría aprendido nada, estuvo a punto de hacer lo mismo que Abby, dejar a un «inocente» sin su nueva figura protectora; es un hecho que Ellie dejó a muchos huérfanos durante todo el desarrollo del juego, y muy probablemente terminó, desde un punto de vista moral, por convertirse en alguien incluso peor que Abby o Joel, no justificamos ni minimizamos sus acciones, sólo señalamos el hecho que la hizo a ella darse cuenta de todo lo que estaba destruyendo, de estar perdiéndose a sí misma, así que, cuando esto ocurre, decide parar (quizá muy tarde) una masacre que ya había llegado demasiado lejos. Ellie no mató a Abby porque esto hubiese sido como matar al propio Joel, Druckmann nos lo pone en pantalla a través de un flashback de Joel con su guitarra. Es por eso que al soltar a Abby justo antes de que se ahogara, Ellie le dice «vete… llévatelo», refiriéndose a Lev, quien representa a la propia Ellie en este paralelismo. 

El juego trata de la deshumanización del adversario, vemos esto tanto con Ellie como con Abby, quien también perdió el respeto de sus amigos después de que presenciaran lo de Joel. Ambas piensan sólo en vengarse y deshumanizan a su adversario porque así es más sencillo acabar con él.

Tenemos otro mensaje muy importante: ¿qué le decimos a las personas que amamos? Cuando estamos molestos con alguien, a veces podemos llegar a decir algo como: «no creo que nunca pueda perdonarte por esto, pero me gustaría intentar». La última conversación entre Ellie y Joel fue el primer paso antes de una reconciliación, pero nunca hubo oportunidad para intentar el perdón porque Abby, con su propia venganza, le arrebató eso a Ellie. 

Desde cierto punto de vista, todo lo comenzó Joel, Ellie estaba furiosa porque no le permitió sacrificarse por la humanidad, le dice: «me robaste eso, nunca podré perdonártelo». Es cierto que las luciérnagas no le preguntaron a Ellie si quería sacrificarse, pero tampoco Joel se lo preguntó, le quitó la única oportunidad que tenía para hacerlo y sucumbió a su propia necesidad de ser el padre de Ellie. Con esto no estamos diciendo que Joel sea el único culpable, sólo cumplió un papel fundamental. Las luciérnagas de igual forma no eran unos santos y tenían unos métodos y ética cuestionables. La situación es que cada quien hizo lo que consideró correcto y el problema inició donde las intenciones fueron opuestas. Ésta es una historia sin buenos ni malos, y los dos personajes principales fungen a su vez como antagonistas.   

El final es desolador, no nos ofrece ningún premio ni consuelo, muestra únicamente la podredumbre ocasionada por el egoísmo y la necesidad de destruir al otro. Nos deja con un sabor por completo amargo, no maquilla nada, toma a nuestros personajes favoritos y los corta en pedazos. Se le acaba el plot armor a Joel y a Ellie también, porque aunque quedó viva al final, todo lo que ella era hasta ese momento desapareció, se quedó abandonado con esa guitarra en una granja vacía.

«The Last of Us Part II» es una experiencia dura y amarga, muy diferente de la que vimos en la primera entrega y de lo que estamos acostumbrados en los videojuegos. Si es del agrado o no, depende de la apreciación y el criterio de cada jugador. Este es un juego que no se puede evaluar con base en sólo haber visto algunas cinemáticas, conocer el final o leer la historia de principio a fin, porque de este modo se pierde la esencia de sus mensajes; se trata de una experiencia que requiere de mucha atención, pues se construye minuto a minuto de juego, e incluso durante el gameplay la trama y las emociones se mueven hacia los rumbos necesarios. Es un juego que exige una gran capacidad de comprensión por parte del espectador y quizá radica aquí uno de sus puntos más débiles, ya que en «The Last of Us part II» hay infinidad de cosas por hacer y esto puede comprometer el entendimiento de ciertas ideas por el simple hecho de olvidar que se mencionaron. Por mi parte, lo odio y lo amo. Me hubiera gustado ver una historia más esperanzadora porque me sentiría más cómodo al saber que tan queridos personajes encontraron al final algo de paz. Pero a su vez me encanta que Druckmann haya tenido las bolas para desafiar nuestras expectativas y hacerlas pedazos, de hacer una apuesta tan arriesgada en favor de golpearnos con toda la maldad de su parte II.

Autor: Oscar Valentín Bernal

Cetrero y escritor

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