Por Oscar Valentín Bernal
Es bien sabido que, como ocurre con todos los géneros, dentro del terror existen diversas maneras de contar una historia en función de lo que se quiera conseguir con ella. Hay películas que lo único que buscan es producir en el público sustos espontáneos que no pasan de hacerte saltar en el asiento o producirte una sensación de incomodidad ante algunas escenas subidas de tono. Películas de este tipo —cuando son manejadas de una manera congruente y no insultan la inteligencia de la audiencia—, pueden llegar a ser bastante disfrutables e incluso abrirse camino entre las llamadas «películas de culto», porque son cintas que cumplen a la perfección con su objetivo.
Sin embargo, existen películas de terror que van un paso más allá y lo que intentan conseguir es infundir en el espectador una sugestión profunda que en ocasiones requiere de una observación más detallada para poder apreciar de manera acertada los conceptos, simbolismos y demás elementos propuestos, que en este tipo de metrajes suelen ser como bombas ocultas destinadas a tocar ciertas fibras en la mente del público con el afán de convertir a la película en una experiencia única y personal que puede tener incluso una interpretación distinta dependiendo de la persona que la vea. Continuar leyendo «Películas que van más allá del terror»