
Por Aledith Coulddy
Asesoría de S. Bobenstein
CONTIENE SPOILERS MAYORES
Hablar del Joker es hablar de lo incognoscible. Es saltar a una piscina de desechos tóxicos y esperar a que, al salir de ésta, el resultado nos de una pista del qué o el cómo y aun así terminar sorprendidos.
Hablar del Joker supone un encuentro con la misma fuerza de la naturaleza que oculta la sanidad para dar paso a la incongruencia y la manía. No se debe tratar de entender el fenómeno que lo representa sino simplemente contemplarlo.
¿Cómo es entonces que una película sobre el mismo origen del Joker es tan atractiva y poco a poco se convierte, en la opinión general, en un referente en el cine de películas basadas en cómics?
Porque no lo es.
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