La puerta falsa es un proyecto dirigido por cuatro escritores mexicanos, cuyo objetivo es la difusión, creación y análisis de literatura, cine y todo arte relacionado con la ficción y narrativa. Desde Guadalajara, Jalisco para todo el mundo.
Un tema recurrente en la ciencia ficción es el de la máquina tomando control sobre la humanidad. Hoy en día, cada vez más dispositivos son llamados “inteligentes” y nuestra dependencia ante ellos tiende a generarnos intranquilidad. En “Sueños de robot”, Asimov nos narra la historia de un robot cuyo cerebro positrónico, diferente al de los demás robots, le da una habilidad única, la capacidad de soñar.
En este pequeño cuento, Isaac Asimov se encarga de desdibujar la línea entre lo que es máquina y lo que es humano. Elvex, un robot recién creado por la doctora Linda Rash, asegura tener la capacidad de soñar. Ante esta revelación, la doctora Rash se ve obligada a consultar con la gran robopsicóloga, Susan Calvin. Ambas mujeres deberán determinar el origen de la anormalidad del cerebro de Elvex.
El “presagio”, “presentimiento” o, como mejor se le conoce, “foreshadowing” (traducido del inglés literalmente como “presagiar”), es un recurso narrativo ampliamente utilizado en casi todos los medios que cuentan una historia, el cual se caracteriza por ofrecer insinuaciones sutiles de lo que podría suceder más adelante con el fin de crear expectativas acerca de los eventos futuros y así generar suspenso para mantener interesado al espectador.
“I Am Not Okay with This” es una de las más recientes adiciones al catálogo de series de Netflix, ésta llega de mano de Jonathan Entwistle y basada en la novela gráfica creada por Charles Forsman, autor de “The End of the F***ing World”, la cual recibió el mismo tratamiento por parte de la plataforma de streaming.
Esta serie nos cuenta la historia de Sydney, una chica solitaria que se enfrenta a los problemas de la adolescencia y de una situación familiar desagradable. La vida de Sidney, sin embargo, está a punto de cambiar, y no necesariamente para bien, esto debido a una habilidad que parecerá ser más problemática que beneficiosa.
Con tono similar a “The End of the F***ing World”, Netflix nos ofrece una nueva serie enfocada a un público relativamente joven, pero que puede ser disfrutada por personas de mayor edad. “I Am Not Okay with This” narra una historia relativamente conocida, Sydney, una chica que acaba de descubrir una habilidad sobrenatural oculta, deberá esconder a toda costa sus nuevos “poderes” y evitar que estos se salgan de control.
Uno creería que la turbulencia de la vida diaria llega a su fin con el dulce descanso de la eterna muerte. Lo cierto es que, en ocasiones, no sucede así.
Morí por ahí de 1927, en algún lugar de Jalisco. No recordaba bien los detalles de lo sucedido hasta que semanas después de mi regreso a la Tierra los leí en uno de esos folletos que entregan afuera de las iglesias.
La obnubilación de haber estado muerto por años se despejó poco a poco cuando reconocí en esas hojas de imprenta barata mi cara dibujada en colores sepia. Vestía entonces una sotana negra y lucía un peinado relamido con aceite. Mientras leía las páginas, fui recordando que nací en Morelia en 1907; siempre quise tener estudios superiores y largarme a una ciudad enorme en donde pudiera seguirme preparando. Desafortunadamente, provenía de una familia de bajos recursos económicos. Poseíamos algunas hectáreas de tierra fértil, aprendí de agricultura con las enseñanzas de mi padre y cuando le conté mis ambiciones, me recomendó ingresar al seminario. Era la opción más barata y efectiva de lograr licenciarme en algún campo. Así que, como cualquier adolescente que mira a su padre como poseedor de la verdad absoluta, seguí su consejo y entré al seminario.
Sin embargo, si hubiera sabido que iba a morir por mis deseos de ser profesionista, me hubiera convertido en ateo. No quería recordar mi muerte, no andaba en busca de memorias dolorosas y humillantes, pero el maldito panfleto detallaba letra por letra cómo había sido fusilado, descuartizado e injuriado por el solo hecho de encontrarme en una posición de la que no podía escapar. Nunca he entendido esa fijación excesiva de los creyentes católicos por adorar a gente moribunda ensangrentada. ¡Es enfermizo!
GLaDOS es uno de esos villanos de los videojuegos que han pasado a la historia. El porqué un personaje que sólo aparece en dos juegos es tan representativo es, en sí mismo, un fenómeno interesante que vale la pena analizar.
Durante el primer juego de “Portal”, GLaDOS se presenta como una inteligencia artificial dedicada a guiarnos a través de “cámaras de prueba”. Nuestra razón para estar en aquel lugar es incierta. Lo único que sabemos es que, para avanzar, debemos seguir resolviendo las pruebas que se nos presentan.
En un inicio, el primer juego de “Portal” se presenta sólo como una entrega del género de puzzle o rompecabezas y si bien su estatus no cambia, a diferencia de otros juegos de este género, “Portal” ofrece a su público una historia interesante y la inusual (inusual para el género) integración de una antagonista.
John Ronald Reuel Tolkien no fue sólo el escritor de obras de fantasía de tal envergadura como “El Hobbit”, “El Silmarillion” o “El Señor de los Anillos”, sino también tuvo una prolífica carrera como filólogo y académico de las letras. La pasión de Tolkien por las letras y el lenguaje fue, en primer lugar, lo que lo hizo crear el universo de la Tierra Media ya que, parafraseándolo, los lenguajes de las diferentes razas necesitaban un contexto que explicara su origen y evolución, ergo, fue necesario crear su increíble legendarium. Dentro de sus muchas y muy variadas aportaciones al arte, el autor y profesor inglés acuñó el término “eucatástrofe” para definir un elemento narrativo.
Carl Jung fue un médico psiquiatra que en sus inicios formó parte del movimiento del psicoanálisis, sin embargo, posteriormente se enmarcó hacia la psicología analítica.
Estableció durante su vida laboral los afamados «12 arquetipos» que básicamente, como su nombre lo dice, presenta a cada individuo existente dentro de uno de estos, afirmando que la sociedad en la que nos desarrollamos influye para que cada persona adquiera un patrón de conducta y de motivaciones y rija su vida de acuerdo a esto.
Carl Jung creía que estos moldes (recordemos que arquetipo proviene del vocablo griego «arje»: fuente y «tipo»: modelo) están presentes, si no en todas, sí en la mayoría de las sociedades, por lo que la importancia de ellos radica precisamente en este hecho. Se puede conocer más acerca de la psicología de un individuo basándonos en el «modelo del que proviene».
Independientemente de lo vigente o anticuada que pueda resultar esta hipótesis, lo cierto es que las investigaciones de Jung pueden traspolarse a la ficción y de esta forma comprender, analizar e incluso poder crear personajes que sean coherentes con su naturaleza y psique.
Lanzado en el, ya algo distante, 2007, “Hellgate: London” fue un juego con una propuesta interesante pero cuya recepción fue, cuando mucho, regular. Con críticas a su gameplay repetitivo y al mal manejo del multijugador, este juego pasaría al olvido como muchos otros.
Para mí, “Hellgate: London” fue uno de esos videojuegos cuyo tráiler hizo todo el trabajo de venta y aunque la cinemática mostrada no dejaba ver la modalidad de juego, sí permitía acercarnos un poco a la historia detrás de este juego.
En el aspecto narrativo, “Hellgate: London” no decepciona. Situado en un mundo postapocalíptico donde demonios, no muertos y muchas otras bestias monstruosas caminan por la tierra libremente, deberemos encontrar la manera de recuperar nuestro mundo de estos seres. La premisa puede sonar sencilla, pero el desarrollo es de hecho muy bueno y posee un ritmo constante que te mantiene interesado durante toda la partida.
La imagen muestra la biblioteca de las facultades de ingeniería y química de la Universidad Autónoma de Chihuahua. La disposición de «La Universidad del Norte» está inspirada en estos edificios, donde tuve la suerte de estudiar mi carrera universitaria.
“Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos”. MARIO BENEDETTI
Tres escenas
Se encontraban solos al final del pasillo del edificio B sobre la primera planta. Jael sacó una silla del salón donde habrían tenido clase si la profesora no se hubiera reportado enferma. Clover, recargada sobre el medio muro de concreto, observaba algo en la distancia. Jael se limitaba a leer un delgado libro de ciencia ficción del cual había estado prendado durante los últimos días. Clover dejó salir un suspiro. Jael sabía el significado de éste, pero decidió ignorarlo.
—Es hora de la siguiente clase —informó Jael pasados algunos minutos al tiempo que cerraba el libro colocando en la página abierta un pedazo de hoja cuadriculada arrancada de algún cuaderno.
Clover asintió sin mirarle y se enderezó ayudándose de las manos. Caminaron en silencio hasta la mitad del edificio, una vuelta a la izquierda y tomaron las escaleras hasta la planta baja.
El detective entró en el bar cuando la tormenta estaba en su punto más álgido. Dejando un rastro de gotas de agua que escurrían de su gabardina, se encaminó a apoyarse de espaldas en la barra para mirar a los presentes. Los pocos parroquianos que se encontraban ahí no trataron de disimular que lo examinaban de pies a cabeza, en especial un hombre que tenía un ojo de color azul y el otro oscuro, semioculto entre las sombras de un rincón. Sólo por las expresiones de los rostros de los presentes, el detective sabía que no se encontraba entre amigos.
—¿Qué le sirvo, camarada? —preguntó el bartender con voz ligeramente rasposa e inexpresiva.
—Whisky doble, en las rocas —respondió el recién llegado, sin molestarse en voltear a ver a su interlocutor.